EL RINCÓN DE GUIDO
LOS DE LA ÉPOCA HEROICA DABAN CÁTEDRA LA MAYORÍA DE AHORA CHILLAN COMO SUEGRA CONOZCA A LOS RADIOLOROS TROMES
EL RINCÓN DE GUIDO
LOS DE LA ÉPOCA HEROICA DABAN CÁTEDRA LA MAYORÍA DE AHORA CHILLAN COMO SUEGRA CONOZCA A LOS RADIOLOROS TROMES
En aquel entonces, los locutores
dominaban el arte de poder hablar clara y fluidamente. Eran muy buenos oradores que tenían también gran
habilidad para una mejor articulación de las palabras y sobre todo emitían un mensaje con la claridad
suficiente como para ser amenos ante
cualquier público. Además de ser una
persona muy versada, el locutor era productor y director de su programa y si la
situación apremiaba, también hacia de operador. Eran tiempos heroicos de la
radiotelefonía donde no había la comodidad que brinda la tecnología moderna. No
existían las grabaciones por lo que aparte de leer sus libretos, el locutor
debía tener una retención bárbara. Los “radioloros” de aquellos tiempos
formaban una gran familia. Se daban la mano en cualquier circunstancia. No
había errores-la radio de entonces no lo permitía- y si los había, éstos eran
subsanados por el compañero.
Cada programa tenía un locutor
para la presentación y uno para las “tandas” y ambos estaban aptos para
cualquier emergencia en la cabina de mando. Eran tiempos en que se era locutor
por vocación y no por compromiso. Cualquiera no era locutor. No había gritos destemplados, alaridos ni las
huachaferías de ahora, aunque hay que reconocer que de un tiempo a esta parte,
han existido y existen excelentes damas y caballeros profesionales del
micrófono. Por ese entonces el locutor se documentaba ampliamente sobre lo que
iba a tratar a tal punto de que mucho antes de cada programa, se les veía repasando
intensamente sus libretos, consultándose unos a otros. Muchos como Armando Ortiz Lambert eran musicólogos y a otros como José Godard, se le recuerda por
su hermoso programa “Hablemos de Amor”, mientras que a Juan Felipe Montoya y a
los antes mencionados se les tiene presentes por su vasta cultura general y
exquisita cultura musical.
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Juan Silva Villacorta |
Humberto Martínez Morosini y Fernando Farrés |
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Maruja Venegas Salinas |
A continuación una breve reseña de algunas de las figuras mencionadas.
CARLOS ALFONSO DELGADO “Hermanos Míos”,
además de
conocer de arriba abajo los temas a tratar, logró como pocos darle pausas, emoción y silencios a lo que estaba diciendo. Se hizo popular en los 40 años que dictó cátedra de locución y animación, siendo considerado como uno de los mejores de todos los tiempos. También se le conocía como el locutor “nerviosan. Entregaba su amistad a quienes consideraba la merecían. Sintiendo gran atracción por el fascinante mundo de la locución, descubrió que por animar un programa le pagaban lo que ganaba en un mes como visitador médico. Se inició en Radio DUSA conduciendo exitosos espacios como “Todo o Nada”, “Reporter Esso Pregunta”, “Al Compás del Criollismo” y otros más. Incursionó con éxito en radioteatro actuando con primeras figuras como Elvira Tizón, Pepe Ureta, Elvira Flores, José María Linares Rivas. Con el gran periodista y publicista Jorge “Cumpa” Donayre crearon exitosos espacios televisivos. Con relación a la locución moderna expresaba que la de antes era superior en todo orden de cosas y que el locutor moderno –donde también habían buenos valores-, debería preocuparse por llegar al público con ponderación y mesura sin que ello signifique perder el espíritu que debe estar arriba para llegar bien a los oyentes. También sugería a las nuevas generaciones de hombres y mujeres del micrófono, preocuparse por estudiar, culturizarse para no pasar por hechos bochornosos ante el respetable.
conocer de arriba abajo los temas a tratar, logró como pocos darle pausas, emoción y silencios a lo que estaba diciendo. Se hizo popular en los 40 años que dictó cátedra de locución y animación, siendo considerado como uno de los mejores de todos los tiempos. También se le conocía como el locutor “nerviosan. Entregaba su amistad a quienes consideraba la merecían. Sintiendo gran atracción por el fascinante mundo de la locución, descubrió que por animar un programa le pagaban lo que ganaba en un mes como visitador médico. Se inició en Radio DUSA conduciendo exitosos espacios como “Todo o Nada”, “Reporter Esso Pregunta”, “Al Compás del Criollismo” y otros más. Incursionó con éxito en radioteatro actuando con primeras figuras como Elvira Tizón, Pepe Ureta, Elvira Flores, José María Linares Rivas. Con el gran periodista y publicista Jorge “Cumpa” Donayre crearon exitosos espacios televisivos. Con relación a la locución moderna expresaba que la de antes era superior en todo orden de cosas y que el locutor moderno –donde también habían buenos valores-, debería preocuparse por llegar al público con ponderación y mesura sin que ello signifique perder el espíritu que debe estar arriba para llegar bien a los oyentes. También sugería a las nuevas generaciones de hombres y mujeres del micrófono, preocuparse por estudiar, culturizarse para no pasar por hechos bochornosos ante el respetable.
NELSON ARRUNATEGUI: Confiado en
su elocuencia o facilidad
de expresarse de manera eficaz para deleitar, conmover y especialmente para persuadir a sus interlocutores, Nelson Arrunátegui montó en su burrito hacia la estación y se vino a Lima a conquistar el “dorado”. Traía su maleta amarrada con soga, un saco de papas lleno de libros y libretas de apuntes y un cargamento de grandes ilusiones. Lima todavía tenía aspecto de ciudad y no como ahora que pareciera haberla arrasado un cataclismo. Con el comerciante Mariano Olazabal formó el taller de amplificación MONA que llevaba las primeras letras de sus nombres y apellidos. Alegre y jovial solía decir que con él empezó la migración de lorchos, condoritos, mamanis, papachos y demás provincianos que cantando….las locas ilusiones me sacaron de mi pueblo, vinieron a Lima. Sobre todo, tenía la ilusión de ingresar a lo grande a la radiodifusión limeña. Cierto día se apareció con su terno dominguero “planchado” toda la noche bajo el colchón, a las puertas de Radio DUSA en la calle Plumereros donde lo recibió Carlos Alfonso “Hermanos Míos” Delgado quien con Jorge Franco lo invitaron a la sala de locución. En su primer contacto con el público a través de un comercial de una dama que daba clases de piano en la calle Mercaderes fracasó estrepitosamente al anunciar el comercial con día equivocado. Tras bambalinas y desesperados todos le hacían señas que estaba errado y sin inmutarse tuvo una salida genial. Era erudito en folklore argentino y dijo al público…”señores, el tango fue danza antes que nada. Creación espontánea del hombre y la mujer en el escenario prostibulario del arrabal de otros tiempos. Los músicos casi intuitivos, se adaptaron a esta nueva forma de bailar y, a su vez, crearon la música que alcanzó su redención después del triunfo de París. La dama y su piano de la calle Mercaderes pronto empezarán con las clases sobre este mágico baile de macho y hembra que, atados en nombre de la belleza, intentan el purísimo ejercicio de la soledad entre dos”. Las felicitaciones de la gerencia, trabajadores y de la dama del piano, no se hicieron esperar. El resto es una historia de continuos éxitos en la vida de uno de los mejores profesionales de la locución.
de expresarse de manera eficaz para deleitar, conmover y especialmente para persuadir a sus interlocutores, Nelson Arrunátegui montó en su burrito hacia la estación y se vino a Lima a conquistar el “dorado”. Traía su maleta amarrada con soga, un saco de papas lleno de libros y libretas de apuntes y un cargamento de grandes ilusiones. Lima todavía tenía aspecto de ciudad y no como ahora que pareciera haberla arrasado un cataclismo. Con el comerciante Mariano Olazabal formó el taller de amplificación MONA que llevaba las primeras letras de sus nombres y apellidos. Alegre y jovial solía decir que con él empezó la migración de lorchos, condoritos, mamanis, papachos y demás provincianos que cantando….las locas ilusiones me sacaron de mi pueblo, vinieron a Lima. Sobre todo, tenía la ilusión de ingresar a lo grande a la radiodifusión limeña. Cierto día se apareció con su terno dominguero “planchado” toda la noche bajo el colchón, a las puertas de Radio DUSA en la calle Plumereros donde lo recibió Carlos Alfonso “Hermanos Míos” Delgado quien con Jorge Franco lo invitaron a la sala de locución. En su primer contacto con el público a través de un comercial de una dama que daba clases de piano en la calle Mercaderes fracasó estrepitosamente al anunciar el comercial con día equivocado. Tras bambalinas y desesperados todos le hacían señas que estaba errado y sin inmutarse tuvo una salida genial. Era erudito en folklore argentino y dijo al público…”señores, el tango fue danza antes que nada. Creación espontánea del hombre y la mujer en el escenario prostibulario del arrabal de otros tiempos. Los músicos casi intuitivos, se adaptaron a esta nueva forma de bailar y, a su vez, crearon la música que alcanzó su redención después del triunfo de París. La dama y su piano de la calle Mercaderes pronto empezarán con las clases sobre este mágico baile de macho y hembra que, atados en nombre de la belleza, intentan el purísimo ejercicio de la soledad entre dos”. Las felicitaciones de la gerencia, trabajadores y de la dama del piano, no se hicieron esperar. El resto es una historia de continuos éxitos en la vida de uno de los mejores profesionales de la locución.



MIGUELITO PORTANOVA CLAROS: La
sobriedad conque
relataba –y relata- un acontecimiento deportivo, la seriedad y veracidad, factores muy importantes en un relator deportivo, han hecho de Miguelito Portanova Claros, uno de los profesionales más importantes de nuestro medio radial y televisivo. Y si a ello agregamos la sencillez de la que hace gala, tenemos al Caballero del Micrófono, como algún día tuve el honor de bautizarlo años atrás cuando el suscrito era Jefe de Espectáculos del siempre recordado Diario Ultima Hora. Manifestaba en aquel entonces, antes de viajar a relatar y comentar en el Mundial de Fútbol España 82, que siempre quiso ser buen relator y comentarista deportivo, pero se negaba a creer –dando muestras de humildad- que ya lo era, pero pretendía, con el tiempo, serlo. Y para ello se inscribía en seminarios deportivos locales y del exterior, asistía a charlas magistrales y conversaba sobre materia deportiva con cuantos grandes maestros del deporte pasaban por Lima. Confesaba Miguelito que desde su época de estudiante en el Colegio San Antonio, del Callao, era el animador oficial de cuantos eventos deportivos y de toda índole se realizaba. El destacado profesional, con más de 40 años en la carrera, siente la necesidad de seguir aportando lo suyo en aras del engrandecimiento del deporte nacional en todas sus áreas. Sus programas de radio y televisión, por lo general, han acaparado gran sintonía y es que siempre ha sintonizado con el público. Él Callao, cuna de gente bravía, trabajadora, hermosas mujeres, renombrados equipos de fútbol y del rico sevillano o ceviche que es lo mismo, lo vio nacer y en sus años mozos también le dio a la redonda e incluso probó suerte en el Sport Boys, pero fue la locución la que le hizo firmar un contrato por tiempo indefinido desde el lejano día en que se presentó a un concurso para aficionados organizado por la recordada Radio Mundial a través del programa “Remembranzas del Deporte”. Recuerda que tuvo la suerte de ganar el certamen y que fue su esposa quien lo alentó a inscribirse, como siempre lo ha apoyado en su carrera profesional. Era muy joven y tenía muy en alto la moral –como hasta hoy en día-, por lo que arriesgándose, aceptó quedarse como titular en el equipo de narradores y comentaristas deportivos a tal punto que su prueba de fuego fue la narración nada menos que en el Estadio Nacional en el clásico moderno entre Deportivo Municipal y Universitario de Deportes. El extinto periodista Litman Gallo “Gallito” fue quien lo recomendó a Pocho Rospigliosi, en ese tiempo el más importante y temido periodista deportivo del país. Unos años después, hubo “golpe” en la polla deportiva, pues nadie pensó que Oscar Artacho, de “taquito”, se jalara para su espacio “Pregón Deportivo” a uno de los más renombrados “Radioloros” del Deporte en el País. ¡Honor al Mérito!.
relataba –y relata- un acontecimiento deportivo, la seriedad y veracidad, factores muy importantes en un relator deportivo, han hecho de Miguelito Portanova Claros, uno de los profesionales más importantes de nuestro medio radial y televisivo. Y si a ello agregamos la sencillez de la que hace gala, tenemos al Caballero del Micrófono, como algún día tuve el honor de bautizarlo años atrás cuando el suscrito era Jefe de Espectáculos del siempre recordado Diario Ultima Hora. Manifestaba en aquel entonces, antes de viajar a relatar y comentar en el Mundial de Fútbol España 82, que siempre quiso ser buen relator y comentarista deportivo, pero se negaba a creer –dando muestras de humildad- que ya lo era, pero pretendía, con el tiempo, serlo. Y para ello se inscribía en seminarios deportivos locales y del exterior, asistía a charlas magistrales y conversaba sobre materia deportiva con cuantos grandes maestros del deporte pasaban por Lima. Confesaba Miguelito que desde su época de estudiante en el Colegio San Antonio, del Callao, era el animador oficial de cuantos eventos deportivos y de toda índole se realizaba. El destacado profesional, con más de 40 años en la carrera, siente la necesidad de seguir aportando lo suyo en aras del engrandecimiento del deporte nacional en todas sus áreas. Sus programas de radio y televisión, por lo general, han acaparado gran sintonía y es que siempre ha sintonizado con el público. Él Callao, cuna de gente bravía, trabajadora, hermosas mujeres, renombrados equipos de fútbol y del rico sevillano o ceviche que es lo mismo, lo vio nacer y en sus años mozos también le dio a la redonda e incluso probó suerte en el Sport Boys, pero fue la locución la que le hizo firmar un contrato por tiempo indefinido desde el lejano día en que se presentó a un concurso para aficionados organizado por la recordada Radio Mundial a través del programa “Remembranzas del Deporte”. Recuerda que tuvo la suerte de ganar el certamen y que fue su esposa quien lo alentó a inscribirse, como siempre lo ha apoyado en su carrera profesional. Era muy joven y tenía muy en alto la moral –como hasta hoy en día-, por lo que arriesgándose, aceptó quedarse como titular en el equipo de narradores y comentaristas deportivos a tal punto que su prueba de fuego fue la narración nada menos que en el Estadio Nacional en el clásico moderno entre Deportivo Municipal y Universitario de Deportes. El extinto periodista Litman Gallo “Gallito” fue quien lo recomendó a Pocho Rospigliosi, en ese tiempo el más importante y temido periodista deportivo del país. Unos años después, hubo “golpe” en la polla deportiva, pues nadie pensó que Oscar Artacho, de “taquito”, se jalara para su espacio “Pregón Deportivo” a uno de los más renombrados “Radioloros” del Deporte en el País. ¡Honor al Mérito!.
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