viernes, 23 de enero de 2015

PIANITO DE ANTAÑO EN EL RECUERDO DE LOS PERUANOS


EL RINCÓN DE GUIDO

“Ya no salga taita de madrugadas, ya tauste muy viejo pa´ esas andadas- No pañe de noche porque hay mayorales rondando los rosos y ven el caballo. Yo luego de diya yebo dos costales y los dos los lleno, uno entrego y cobro y el otro lo escondo y en la nochecita lo saco y lo vendo y tenemos riales”. Esta y muchas otras eran las conversaciones de los típicos norteños de otrora. 
Chiclayo pródiga tierra en historias y leyendas, lo es también en generosa gente y señores artistas como Los Mochicas quizá el mejor conjunto norteño mas famoso que dirigía el maestro Nicolás Seclén quien amante del buen cantar, las costumbres y el buen comer, trasladó a Lima un pedazo de su hermoso Chiclayo. Por ejemplo –decía don Nicolás-, desde hace buen tiempo ya no se ven ni se escuchan los famosos pianitos, ni los banjos y mucho menos los tiples-
Los viejos norteños contaban lo que sus padres les contaron,  que apareció el pianito más antíguo que existía y que con el tiempo fue propiedad de don Nicolás. El instrumento musical  lo trajo un italiano de apellido Scarpatti lo que resultó un inusitado acontecimiento. Veinte centavos costaba la hora, 15 para el maestro y cinco para el cholo que cargaba el piano y el banco. Se armaban fiestas “nomás que de una semana” y éstas se daban en casas de famosos fiesteros como La Candelaria, La Petronila o donde doña Manuelita la de don Juan el zapatero-
“Si yace más de seis meses que desgasto tu vereda, si solo vivo en la esquina siempre mirando a tu puerta…¿por qué ignoras que te quiero, si ya lo sabe tu vieja?, pues ayer al saludarla no atendió mi gentileza y gritó pa que oyera: dionde es que te ronda? Apenas yega y ya quiere… pasa perro sal pa juera”
Claro está que al píanito se le cambiaron las notas y melodías italianas y las “compusieron” con aires norteños a tal punto que todo Chiclayo quería tener su píanito en las fiestas del día, segundo día, el anda vete y el jorobete tocado si no por el italiano, por el cholo “”cólera”, el “macuco” o el “cocoroco”. Don Nicolás Seclen Santistevan manifestaba que en ese entonces ya casi nadie tocaba el pianito, el banjo  o guitarra norteña, ni los famosos tiples que eran oriundos de Reque, habiendo tenido en los hermanos Naranjo entre sus mejores exponentes y señalaba que quizá el mejor intérprete del banjo de los últimos tiempos era el maestro José Arbulú Zapata.
“beya compadre, el patròn me ha dau cien riales ayer pa que arme una musicalidad con música que nunca acabe con una semana con sus días  y sus noches”. Por lo visto eran jaranas norteñas como para el recuerdo, de harto beber, comer y bailar. Que viva Chiclayo tierra generosa cualquiera se goza mamita con poca cosa.


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